Aprender a valorar a los colaboradores por el esfuerzo que hacen y no por los logros que obtienen.

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Aprender a valorar a los colaboradores por el esfuerzo que hacen y no por los logros que obtienen.

13
Nov,2014

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Hace ya unos años, entre el 2005 y el 2007, tuve un jefe del que aprendí muchísimo y sin duda, creo que fue unas de las personas más influyente para mí, podría decir que me dio las primeras herramientas para gestionar el talento humano (más adelante le dedicare algunas paginas a este libro que sin duda, para todo estudiante, marca un antes y después al leerlo), pero continuemos con «mi jefe»…El me formo como líder, sin saberlo y sin quererlo, despertó en mi la vocación de formar parte de la logística (por aquellos años solo se le decía TRANSPORTE) y de liderar un equipo de trabajo o un proyecto, siempre voy a recordar cada una de sus palabras y cada una de las situaciones a las que se exponía para lograr algo. La capacidad de convencer a las personas con la naturalidad, paciencia y calidez lo hacían especial y referente dentro de la compañía (pero solo era un jefe y todos acudían a el por ser practico, simple y sin vueltas…También dedicare unas lineas para hablar de los «referentes formales y de los informales»).

Siempre que se le planteaba un cuestionamiento acerca de como el valoraba a las personas el decía “…Yo valoro y prefiero  un tipo que se esfuerza en conseguir las cosas en modo lento, aunque puede ser que no las consiga, ante aquel que lo logra rapido pero sin importar lo que tenga que hacer para lograrlo…” a simple vista y con rapidez parecería un concepto equivocado, pero luego el continuaba fundamentándolo pero introduciendo algunas variables que lo enriquecían tales como eficiencia, constancia y sostenible en el tiempo, ahí es donde radica la importancia de esto, muchos años después lo pude comprobar y hoy estoy completamente de acuerdo…

Con el correr del tiempo valoro y quiero en mi equipo a personas que se esmeran y quieren superarse cada dia aunque no lo logren y sea lenta (si como la parábola de la tortuga y la liebre), pero haciendo las cosas con profesionalismo (y no estoy hablando de ese cartoncito que te dan en la facultad luego de leer mucho y pasar exámenes, sino hablo de la idoneidad y responsabilidad en hacer las cosas bien), ante aquel que para lograrlo lo hace eficazmente sin importar el compañerismo, la honestidad, el buen trato y el cuidado de los materiales y costos.  Esto último en términos económicos para una empresa seria lo mas grave en el corto plazo, pero hay otro aspecto para tener en cuenta que es el CLIMA que la compañía quiera darle a la organización y la importancia en el trabajo en equipo, específicamente estoy hablando de ser mala persona (poco académico decirlo así pero sumamente importante) en donde para lograr algo no le importa aquel que tiene al lado ni lo que deba hacer para lograr sus metas y comienza a utilizar atajos que solo muestran las miserias humanas y la ambición desmedida, esto a las organizaciones las daña porque en el mediano y largo plazo han creado un ambiente hostil para trabajar en donde no sentirse cómodo produce que la productividad decaiga y el ambiente no sea el mas agradable, los agricultores dirían que estamos en tierra infertil en donde no sembrar seria en vano. Esto es lo peor que le puede pasar a una organización y cambiar esto seguramente sea mucho mas costoso en terminos economicos que tener una tortuga trabajando siempre de la misma manera y con la misma intensidad.


Prefiero y quiero para mis colaboradores y para mi que la organización reconozca mi trabajo y el de i equipo por la calidad y compromiso en querer hacer las cosas bien y no por logros que sean eficaces y a costa del malestar o la salud del equipo.

La torutuga

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